Las dominantes por extensión son acordes de séptima que se utilizan para crear tensión y resolver en una tónica en música. Este tipo de acordes se construyen a partir de la quinta de la tónica, añadiendo una séptima menor a la tríada original. En la teoría musical, se identifican con el símbolo V7.

Las dominantes por extensión se utilizan comúnmente en progresiones armónicas para conducir la armonía hacia un cambio de acordes. Al añadir la séptima menor a la tríada, se crea una sonoridad tensa y disonante que busca resolverse en el acorde de tónica. Esto ayuda a generar movimiento y dar interés a la progresión de acordes.

En la música tonal, las dominantes por extensión son fundamentales para establecer la tonalidad y jerarquía de los acordes. Al ser un acorde de séptima, su sonoridad es más compleja que la de una tríada, lo que le confiere mayor poder de resolución y dirección armónica. Por esta razón, es común encontrarlas al final de frases musicales o como puente hacia un nuevo tema.

En términos de función armónica, las dominantes por extensión se consideran acordes de tensión que buscan resolver en un acorde de tónica. Esta resolución se produce a través de la progresión de quintas perfectas, donde la quinta del acorde V7 se mueve hacia la tónica creando una sensación de conclusión y reposo.

En la práctica musical, las dominantes por extensión se utilizan en una amplia variedad de estilos y géneros musicales, desde el jazz y el blues hasta la música clásica y el pop. Su versatilidad y capacidad para generar tensión y resolución las hacen esenciales en la construcción de armonías complejas y emotivas.

En resumen, las dominantes por extensión son acordes de séptima que se utilizan para crear tensión y resolución en la armonía musical. Su sonoridad disonante y su capacidad para conducir la progresión de acordes las convierten en elementos fundamentales en la teoría musical y la práctica compositiva.