Los acordes dominantes o acordes 7 son uno de los elementos más importantes en la teoría musical y en la práctica de la música. Estos acordes son esenciales para la armonía en la música occidental y se utilizan en una amplia variedad de estilos musicales, desde el jazz hasta el blues, el rock y la música clásica.

Los acordes dominantes se forman a partir de la quinta nota de una escala y se les añade una séptima menor. Por ejemplo, en la escala de do mayor, el acorde dominante sería un sol séptima (G7), ya que sol es la quinta nota de la escala y se añade una séptima menor.

Los acordes dominantes son conocidos por su sonido tenso y de resolución, lo que los hace ideales para crear tensión y llevar a la resolución a otros acordes. Por esta razón, se utilizan comúnmente en progresiones armónicas para crear movimiento y emoción en la música.

En la música jazz, los acordes dominantes son especialmente importantes, ya que se utilizan para crear tensiones y resolverlas a través de progresiones armónicas complejas. En el blues, los acordes dominantes son la base de la progresión armónica característica de este estilo musical.

En la música clásica, los acordes dominantes también desempeñan un papel crucial en la resolución de tensiones armónicas y en el desarrollo de la forma musical. En muchas piezas clásicas, el acorde dominante es el punto culminante antes de la resolución final.

En resumen, los acordes dominantes o acordes 7 son fundamentales en la teoría y la práctica musical de una amplia variedad de estilos. Su sonido tenso y de resolución los convierte en una herramienta poderosa para crear emoción y movimiento en la música. Su versatilidad los hace indispensables para cualquier músico que quiera comprender y dominar la armonía musical.